domingo, 6 de febrero de 2011

Primer viaje de Colon

El 3 de agosto de 1492, Cristóbal Colón zarpó de Puerto de Palos con las tres naves La Pinta, La Niña y la Santa María. el 12 de octubre, a las 2 de la madrugada, el vigía de La Pinta el marinero Rodrigo de Triana divisó Tierra.

Los marineros desembarcaron en una isla y de ella Colón tomó posesión en nombre de los Reyes de España, bautizándola San Salvador. En la actualidad, no hay certeza acerca de cuál es, aunque se presume que se trata de alguna isla ubicada cerca del Cayo Samana, en Las Bahamas.

Los indígenas del lugar se mostraron amistosos y por signos le indicaron que sus ornamentos de oro provenían de la isla siguiente. Durante dos semanas navegaron de isla en isla escuchando la misma respuesta: "La siguiente isla".

Cuando Colón avanzó hasta Cuba, estaba convencido de que se encontraba en la China y envió una expedición al interior a buscar la ciudad de Zaitán, descrita por Marco Polo en su libro. Se le informó que sólo habían chozas con techos de paja. En diciembre, llegó a una isla grande que llamó La Española y que hoy corresponde a República Dominicana y Haití.

Luego de construir el fuerte Navidad a consecuencia de la perdida da la nave Santa Maria ante las costas de La Española -en el cual quedaron 39 de sus hombres con instrucciones de reunir la mayor cantidad posible de oro-, Colón emprendió el regreso a Europa.

Después de haber arribado a la península (marzo de 1493), Colón fue a descansar dos semanas a la Rábida. Allí esperó su audiencia en la corte. El recibimiento de Colón por parte de los Reyes Católicos en Barcelona fue grandioso. Se engalanó la ciudad como para una fiesta, y cuando el Almirante y su séquito llegaron a las afueras, lo recibieron altos cortesanos. Al penetrar en el salón del trono se levantaron los soberanos, y cuando Colón quiso arrodillarse y besarles la mano, le hicieron que se levantara y sentara en una silla cerca de ellos. Colón fue el único al que se le permitió permanecer sentado en su presencia.

 Entonces les hizo el relato del viaje y de las islas con su fresca vegetación y sus habitantes desnudos, entre otros temas. Les presentó a los indios casi desnudos, quienes rezaron el Ave María y se santiguaron. Sus hombres traían jaulas con cacatúas, grandes ratas indias y pequeños perros que no podían ladrar. Abrieron barriles con extraños pescados en salazón y arcas con algodón, áloe, especias y pieles de grandes iguanas. Les mostraron arcos, flechas y porras, y el Almirante les habló de los caribes devoradores de carne humana o caníbales, y de las sirenas frente a Monte Christi, pero aseguró que no había visto ninguno de los monstruos que los cosmógrafos creían existentes en las islas al fin de la tierra. Luego les mostró el oro: coronas de oro, grandes máscaras decoradas con oro, ornamentos de oro batido, pepitas de oro, polvo de oro. Los soberanos se arrodillaron, y con ellos todos los presentes, dando gracias a Dios que había puesto estas cosas en sus manos. El coro cantó un Te Deum, y las crónicas dicen que todos los ojos se llenaron con lágrimas de indescriptible alegría.

Colón vivió su momento de mayor esplendor y gozó durante este tiempo de todo el favor real. Los reyes se mostraban contentos con su hazaña, alegría que aumentó tras la dictación de las bulas de donación por parte del papa Alejandro VI.




Fuente:http://www.proyectosalonhogar.com/Enciclopedia_Ilustrada/Edad_Moderna/Cristobal_Colon.htm
Adriana Y. Araujo A.
EES secc1  segundo parcial

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