Según informes periodísticos y de organismos internacionales el tráfico de mujeres produce ganancias industriales, a costas de la violación de la libertad física y psicológica y del avasallamiento hacia el respeto humano.
La prostitución es uno de los oficios más antiguos de la historia de la humanidad. Considerar si es moral o inmoral su ejercicio, si afecta a terceros o no es discutible ideológicamente, pero data de largo tiempo que la trata de blancas en Latinoamérica es considerada un flagelo regional con expansión continental.
En una publicación de Gustavo Barco para el diario argentino, La Nación, el periodista informó que al menos en 2006 el ingreso que obtuvieron los proxenetas fue de 32.000 millones de dólares. En Argentina, las víctimas por lo general son originarias de provincias del norte y noroeste. Estas sin explicaciones y con documentación falsa luego son radicadas forzosamente en cascos urbanos del centro y sur del país.
Específicamente, el periodista destacó que de 476 mujeres desaparecidas hace tres años, 70 son de procedencia tucumana, provincia emplazada al noroeste argentino. Aunque cabe mencionar, que Entre Ríos (zona de la Mesopotamia –región este-) es el sitio con más casos de víctimas de trata de blanca.
No es casual que por su situación geográfica, esta provincia tenga el índice más alto, junto a otras, que también están a los alrededores de la Triple Frontera, denominador común en el cruce entre Argentina, Brasil y Paraguay, territorio más que cuestionado por las ventas ilegales.
En tanto, según un informe realizado en marzo de 2008 entre Paysandú (Entre Ríos- Argentina) y Uruguay hay un camino allanado para el tráfico de mujeres hacía provincias argentinas o con destinos europeos.
Tras lo mencionado, en lo que respecta al "comercio exterior" del tráfico de personas, en este caso mujeres, en el continente americano la ilegalidad transnacional de armas y droga, según estimaciones de investigadores, en esta década será superada por la oferta sexual.
En el mundo de la desigualdad ganancial vive el hombre. La libertad no tiene precio, pero el sometimiento a la esclavitud sexual es un ingreso bastante abultado para los bolsillos de los jefes de las mafias de trata de blancas.
En el caso específico de México, el diario La Jornada, publica la declaración de Teresa Ulloa, directora regional para América Latina y el Caribe de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (CATWLAC, por sus siglas en inglés), quien sostuvo que "se estima que el comercio sexual en América Latina deja ganancias que representan 17 por ciento del PIB de la región".
En tanto, desde BBC Mundo México, informan que "los traficantes ganan entre US$- 5.000 de acuerdo al lugar de origen de la víctima y al lugar de destino".
"Son cifras muy grandes que se manejan y además satisfacen una demanda de turismo sexual, de prostitución, de pornografía y además explotación laboral porque hay explotación laboral en fábricas, explotación como servidumbre doméstica y en esos casos es mas difícil detectarlo", expresó al medio, Laura Lamberg, la especialista sobre trata de personas en la Comisión Interamericana de Mujeres de la Organización de Estados Americanos.
La trata de blanca, como cualquier violación a los derechos humanos, necesita fervientemente del apoyo de todos los sectores de la sociedad: Estado, tercer sector, jóvenes y adolescentes, padres, universidad, iglesia, etc. La privación de la libertad, el abuso sexual, la esclavitud física y psicológica de las víctimas de la mafia organizada requieren de la solidaridad de todos.
Por ello es que hacen faltan actores comprometidos desde el contexto en el que a diario se desenvuelven, pero también se ameritan planes y políticas pluri e interdisciplinares que promulguen la inclusión y el valor de la cooperación y el sentido digno de la vida de cada persona.
Un ejemplo de tesón y lucha por el cambio lo demuestra en su trabajo, Laura Lamberg, quien comentó a la prensa que "han realizado una prima investigación en nueve países piloto -todo Centro América, incluyendo Panamá, Belice, República Dominicana y Brasil- y nos proponemos comenzar en una segunda etapa una investigación en otros tres países, uno de ellos es México y el otro es Bolivia".
Actuar ad hoc es un buen camino a seguir, teniendo en cuenta personas físicas y/o jurídicas comprometidas socialmente con el dolor y sufrimiento del otro. La otredad y la empatía son cualidades a tener en cuenta en casos aberrantes, un crudo ejemplo lo es el flagelo de la trata de blancas en el continente que amenaza con sobrepasar al narcotráfico y a la venta ilegal de armas en términos de rentabilidad económica.
Adriana Y. Araujo A.
CAF tercer parcial
fuente: http://www.gloobal.net/iepala/gloobal/fichas/ficha.php?entidad=Textos&id=7294
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